Los romaniotes, más de dos milenios en el Egeo

Juan A. Flores Romero
Una de las poblaciones judías menos conocidas son los romaniotes, judíos que llevan más de dos mil años viviendo en las islas del Egeo. En ocasiones se les ha confundido con los sefardíes, pero no tienen el mismo origen. Estos últimos llegaron al Imperio Otomano con la expulsión de 1492, y los anteriores ya están documentados en la zona de Grecia desde el siglo IV a. C. Por tanto, podríamos decir que son judíos que habitan el Egeo desde tiempos muy anteriores a la gran diáspora que se produjo en el año 70 d.C. con motivo de la respuesta romana al levantamiento judío, tal y como recoge Flavio Josefo en sus crónicas. Estas poblaciones ocupan las islas del Egeo (Corfú, Ioaninna, Tebas, Corinto, Lesbos,...) hasta la Segunda Guerra Mundial en que muchos de ellos son deportados a los campos de exterminio como consecuencia de la política de persecución y arianización del régimen nazi.
Las lenguas que hablan estos romaniotes son el yevánico y el griego. Una vez más se puede comprobar que el hebreo no fue la lengua de uso común entre las distintas comunidades judías sino que el yidis, el judeoespañol, la haketía, el persa o el yevánico sustituyeron a una lengua milenaria que cada vez más quedó relegada al ámbito litúrgico.
Es muy posible que la presencia judía en Grecia se pueda situar entre los siglos IV y III a. C.; estamos hablando de la época de helenización del Mediterráneo. En ese momento, el flujo de mercaderes, negociantes, navegantes,... era considerable unido al afán de homogeneizar las costumbres en el Mediterrráneo oriental. De este modo, no es difícil suponer que muchos judíos pudieran llegar a las costas griegas en el periodo en cuestión. Hay, no obstante, otra versión que sitúa la presencia hebrea en torno a la destrucción del primer templo y el exilio babilónico (siglo VI a.C.) y otros, los más cautos, conciben esta presencia en los momentos inmediatamente posteriores a la destrucción del segundo templo en el año 70 d. C.
La actividad de los romaniotes se basó principalmente en el comercio y la industria textil, especialmente la seda. Ya en el siglo XII, el viajero Benjamín de Tudela documenta esta presencia de romaniotes en la isla de Creta o en ciudades como Tebas o Salónica, ciudad esta en la que se iban a asentar ingentes cantidades de sefardíes expulsados por los Reyes Católicos a finales del siglo XV.
La vida de estos judíos estaba plenamente helenizada. Su Biblia, el Tanaj, fue traducido al griego ya que era la lengua de uso habitual entre estas comunidades. La fuerte inmigración sefardita hizo que muchas de estas familias fueran asimiladas por la nueva mayoría que fue instalándose en la zona griega y que traía consigo una nueva lengua: el ladino o judeoespañol. De este modo, es muy posible que muchas familias sefarditas del Egeo tengan sangre romaniote debido a la fusión que se produjo con la llegada de los exiliados españoles.
La vida y cultura de los romaniotes sufrió un brusco revés con el Holocausto ya que miles de ellos fueron deportados a los campos de exterminio. Hoy viven en Grecia poco más de 5000 individuos que pertenecen a distintas comunidades judías. Muchos de los supervivientes decidieron emigrar a Israel o a los Estados Unidos. En Manhattan se encuentra, por cierto, la única sinagoga romaniote del hemisferio occidental.
