Los judíos de Sigüenza

02.11.2024

Fuente del texto: histgueb.net

Los judíos de Sigüenza

La presencia judía en la ciudad está documentada desde 1124 hasta 1492, cuando los judíos hispanos o sefarditas fueron forzados a elegir entre la conversión al Catolicismo o su expulsión del país. En ese lapso de tiempo se convirtieron en una comunidad próspera que se consideraba muy afortunada de vivir en lo que hoy constituye la provincia de Guadalajara. Allí gozaban de una libertad que hacía tiempo que había desaparecido del resto de España, bajo la protección del Señor de la Ciudad, que era su Obispo. En el plano de la ciudad se puede observar que el desarrollo de esta se produjo entre dos polos en principio aislados: el castillo, en lo alto de la montaña donde la ciudad había sido fundada, residencia del Obispo, y la catedral en una posición inferior y menos fácilmente defendible. Las flechas indican las entradas conocidas a través del exterior de las murallas y los diferentes colores y las ampliaciones sucesivas del recinto murado.

La sinagoga antigua

Tras la conquista cristiana de la ciudad a los musulmanes, los judíos vivieron en su propio barrio, aunque sin una separación estricta con respecto a los cristianos y musulmanes, los otros dos grupos religiosamente significativos de la ciudad; eran lo suficientemente importantes como para disfrutar de la categoría de aljama. El Barrio Judío, conocido como "La Judería" tenía en su centro una sinagoga . En 1412, tras una serie de disturbios antisemitas que se extendieron por todos los diferentes reinos entre los cuales estaba dividida la Península Ibérica , Juan II, rey del Reino de Castilla, ordenó la reclusión de los judíos en barrios completamente rodeados por murallas y dotados de una única puerta en esta para su protección. La población judía se desplazó prontamente al espacio asignado, pues consideraba este como más apto para el comercio que el que ocupaba anteriormente, demasiado estrecho y alejado de las principales entradas a la ciudad. En el proceso, tuvieron que cambiar su antiguo templo por uno nuevo, pues la legislación introducida en 1415 limitaba a una sola el número de templos que los judíos podían poseer en una ciudad. No se conserva registro alguno de la transacción, pero existen evidencias que sugieren que fue vendido a la cofradía de San Juan Bautista.

La cofradía de San Juan Bautista

Esta cofradía había sido fundada en los comienzos del siglo XIV, a medida que el culto a San Juan se extendía por toda Europa. Sus miembros procedían de las clases medias trabajadoras de Sigüenza y funcionarios públicos, pero con una predominancia clara de pequeños empresarios y artesanos y una mínima pero muy significativa representación del poderoso clero local. El motivo de su fundación había sido -al menos en sus orígenes- uno de caridad, teniendo que mantener un hospital, el cual tuvieron que abandonar posteriormente debido a carecer de fondos para mantenerlo. Posteriormente su actividad se concentró en las devociones piadosas y una limitada asistencia social a sus miembros. Una reconstrucción hipotética de la 'sinagoga dentro de la iglesia' de San Juan Bautista

El templo, convertido por entonces en una capilla católica, tenía una distribución extraña, como se puede apreciar en la reconstrucción por ordenador anterior, que ofrece una visión del interior del edificio orientada al Este. Se había remodelado algo el interior de la antigua sinagoga, adaptando la entrada para el culto católico -no sin dificultades- y reservando el resto como un "salón de convenciones". La cofradía disponía de una fuente constante de ingresos gracias al alquiler de un recinto tan espacioso como era aquel, conocido como el "Palacio de Señor San Juan" en fechas tan tardías como 1698. En dicho año se desató un escándalo cuando un fugitivo intentó obtener la inmunidad religiosa en el edificio y se reconoció por parte de las autoridades religiosas locales lo que todo el mundo sabía en el antiguo Barrio Judío: que la edificación estaba constituida en su mayor parte por un espacio profano, que se alquilaba libremente a aquellos que deseaban privacidad en sus reuniones, donde se ensayaban obras teatrales antes de su exhibición en el corral de comedias de la ciudad y donde incluso se realizaban bailes. Poco después, el edificio fue totalmente reformado: tanto es así, que en gran medida resultó irreconocible tras ella, convirtiéndose en una típica ermita del siglo XVIII y cesando toda la actividad social anterior. Asimismo se perdieron los ingresos derivados de su alquiler y la cofradía inició un lento declive.

Los 'judíos secretos' y la cofradía

No resultó una sorpresa descubrir que algunos de los miembros de la cofradía habían tenido problemas con la Inquisición, la cual por aquél tiempo estaba obsesionada con la persecución de los judíos secretos, esto es, aquellos que habían evitado la expulsión de 1492 convirtiéndose al Cristianismo mientras continuaban practicando en secreto su credo. Algunos de estos "judíos secretos" o conversos intentaron restaurar dicho culto en secreto y fallaron: era de esperar que entre los miembros más prominentes de entre los conspiradores estaba el cargo más importante de la cofradía, que además tenía establecidos vínculos familiares con numerosos cofrades. Sin embargo, dichas relaciones podrían ser simplemente casuales y reflejar el hecho de que la adscripción a una religión determinada seguía patrones de parentesco y profesionales en la ciudad, siendo los grupos más proclives al judaísmo los sastres y zapateros, tradicionalmente vinculados a la cofradía. Las prácticas judías se llevaban a cabo en el interior de las viviendas, pero una cuestión especialmente interesante sin resolver es si en algún momento la parte 'profana' de la ermita de San Juan habría servido de lugar de culto a dicho grupo. Testimonio contra Hernando de Soria (Archivo Diocesano de Cuenca)

(transcripción parcial)

[Hernando de Soria] tendero, vecino de Sigüenza, que era piostre de la cofradía de Señor San Juan del cabildo de Sigüenza yendo este testigo un día a hacer las cuentas a casa del dicho Hernando de Soria....

Como reza el refrán "nadie te conoce mejor que tu enemigo" y eso se aplica a los documentos inquisitoriales, el mejor de los registros posibles de estas vidas heroicas y de otro modo anónimas.

La sinagoga nueva

Pasemos ahora a centrar nuestra atención en la sinagoga "nueva" (recordemos que estamos hablando de un templo edificado en torno a 1412 y abandonado forzosamente en 1492).

El barrio nuevo


Como ya hemos dicho, en 1412 los judíos fueron forzados a cambiar su residencia al nuevo barrio, rodeado por las murallas de la ciudad pero con cuatro puertas en vez de aquella única que la legislación exigía: los arcos de "Portal Mayor", "Herreros", "Medina" (quemada en el siglo XVI) y "Arquillo". Además, la zona era mucho más favorable para el comercio, de modo que su comunidad creció prósperamente. Compartían el barrio con los Musulmanes, cuyo número había disminuido tan drásticamente que no alcanzaban para constituir por sí mismos un barrio, estando restringidos a una sola calle. El prestigio de los judíos seguntinos era tal que al principal artífice de la consolidación del Renacimiento en España, el cardenal Francisco Jiménez de Cisneros (1436-1517) se le atribuía haber aprendido hebreo de un judío seguntino durante su estancia en la ciudad.

" Tan aficionado como esto era de las letras y de hacer fundaciones, si bien a la Sagrada Escritura era toda su inclinación, pues como otro Jerónimo, empezó a aprender la lengua Hebrea y Caldea de un judío de esta ciudad (Sigüenza) para entenderla perfectamente y fueron tan buenos estos principios, que se valió mucho de ellos en el trabajo de la Biblia Complutense " Jiménez de Cisneros, descrito por Pedro Quintanilla (1653)


La expulsión

El obispo de Sigüenza en tiempos de la expulsión, Pedro González de Mendoza. En el año 1492 los judíos fueron forzados a abandonar la ciudad. Su templo fue finalmente comprado por el Cabildo de la catedral, que decidió convertir el edificio en una vivienda privada y alquilarlo. Poco después decidieron vender la propiedad pero estableciendo un pago perpetuo sobre ella. El tiempo transcurría y la casa fue dividida a su vez en tres. Tan tarde como 1703 el Cabildo de la catedral reconocía que había perdido el control de la situación y pleiteó con sus propietarios de las casas para reclamarles sus pagos atrasados, arguyendo que la vivienda formaba parte de la antigua sinagoga. Finalmente se alcanzó un acuerdo, aceptando los propietarios sus obligaciones y el pago de las cantidades atrasadas. A través de los textos tenemos algunos indicios de lo que entonces se consideraban como restos de la sinagoga. Una reconstrucción hipotética de la nueva sinagoga

Los datos para la reconstrucción son escasos, basándonos sobre todo en el siguiente texto:

"Y si saben que la puerta principal que en lo antigua tenia la sinagoga esta ahora cerrada y cae a la plazuela que hay como se va desde el Portal Mayor a la Sinoga y por estar cerrado el arco cae a las casas que viven Juan de Peña y que se reconoce fue puerta que miraba al poniente y que tenia encima una lumbrera o ventana por donde entraba la luz en la Sinoga y que conforme a las casas que en esta se han fabricado tiene a estar la casa de la capellania de espaldas de las que vive Juan de Peña, considerando tenia la entrada la sinoga por la puerta principal que esta condenada" (8ª pregunta, Archivo Histórico Diocesano de Sigüenza, Sección Civil, Año 1703, "Autos causados por demanda de Don Jacinto Buena agente de negocios de los señores Deán y Cabildo de esta Santa Iglesia contra el licenciado Don Joseph de Torremocha, presbítero y capellán de la que en esta ciudad fundó María Jamón sobre el comiso de una casa y demás contenido en la dicha demanda").

Esta reconstrucción permite interpretar el siguiente texto:

"que vn miercoles vydo ... salir a Luys de Caraçena de la synoga desta çibdad por la puerta pequenna que es fazya la plaça", (Archivo Diocesano de Cuenca, leg. 6, n.121, publicado por Javier Castaño González, pag. 282)

Los dos templos en la actualidad

A medida que transcurría el tiempo, las dos antiguas sinagogas experimentaron un destino similar. En el caso del templo que había sido convertido en viviendas, éstas se fueron degradando progresivamente hasta que en el siglo XIX los textos nos informan que de ellas ya no perduran más que ruinas. Los daños inflingidos a la ciudad durante la Guerra Civil Española (1936-39) y la construcción de nuevas viviendas en la parte baja de la ciudad contribuyeron decisivamente al abandono de los barrios antiguos y al deterioro consiguiente de sus viviendas. En el caso de la ermita de San Juan, la secularización progresiva de la sociedad provocó el cese del culto en ella y su consiguiente ruina. Hoy, únicamente perviven los muros, desprovistos de toda ornamentación.Basado en el libro de Marcos Nieto "Las sinagogas de Sigüenza", Madrid 1998

Otras referencias útiles :

  • Francisco Cantera "Sinagogas españolas", Madrid 1955
  • Francisco Cantera y Carlos Carrete "Las juderías medievales en la provincia de Guadalajara", Madrid 1975
  • Francisco Yela Utrilla "Civilización española", Ministerio de Educación Pública y Bellas Artes, 1928
  • Francisco Javier Dávara Rodríguez "La judería medieval seguntina", Anales Seguntinos, Vol. I, n. 2, Sigüenza 1985
  • Jose Antonio Gómez Gordo "Sigüenza. Historia. Arte. Folkore", Sigüenza 1978
  • José Luis Lacave "Juderías y sinagogas españolas", Madrid 1992
  • Javier Castaño González "Las comunidades judías en el obispado de Sigüenza en la Baja Edad Media: transformación y disgregación del Judaísmo en Castilla a fines del Medievo", Tesis Doctoral, Universidad Complutense de Madrid, 1994
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