Los chuetas, criptojudíos en Mallorca

20.06.2020

Texto: Juan A. Flores


     Si alguien pregunta en Mallorca por los chuetas tal vez le puedan decir que son aquellos judíos conversos al cristianismo que siguieron estando marcados por sus raíces hebreas. Se les prohibía pertenecer a gremios, participar de los cultos cristianos en muchas iglesias e incluso condenados durante siglos a la endogamia al considerarse que un cristiano viejo no podía unirse en matrimonio a uno de estos descendientes de judíos. Hasta el siglo XVII muchos de ellos optaron por el criptojudaísmo, esas prácticas secretas que preservaban algunas de las costumbres y reminiscencias litúrgicas de los judíos que poblaron España hasta 1492.

     Los chuetas han vivido en torno al barrio del Segell en Mallorca, y su linaje converso se ha preservado en un listado de apellidos utilizados por estas familias y que son bien conocidos en la isla. Actualmente son unos 20.000 los miembros de esta comunidad que ha ido abriéndose a la sociedad a lo largo del siglo XX, pero que han sufrido insultos, discriminación y, en ocasiones, persecución por el solo hecho de su origen. Decir chueta en Mallorca es decir judío.

     El término chueta hace referencia a la palabra "tocino" o "panceta" pues muchos de ellos justificaban su conversión sincera por el hecho de consumir estos productos del cerdo y que son considerados no kosher o aptos por la dieta judía. En torno a 1688 se documentan procesos de la Inquisición en la que ya aparece este término, utilizado por la propia comunidad que sufría el estigma. Otros piensan que la palabra procede de juetó o xuetó, que en mallorquín significa simplemente "judío". La alusión al significado de "tocino" y, por ende, a la carne de cerdo podría tener sentido en cuanto a que se utilizaban términos relativos al cerdo para referirse despectivamente a los judeoconversos.

     Actualmente, el espacio chueta por excelencia es la calle (o carrer) Argenteria en el que hay negocios relacionados con la joyería y la orfebrería. Y tradicionalmente se han considerado apellidos chuetas: Fuster, Miró, Picó, Segura, Pinya, Valls, Valentí, entre otros. Son aquellas familias que siguieron identificadas con su origen judío, algo que no significa que todos los conversos sean chuetas, ya que algunos se llegaron a confundir o fusionar con las comunidades cristianas mallorquinas. En Mallorca en 1435 prácticamente todos los judíos habían sido convertidos, aunque muchos continuaron con sus tradiciones, camuflados en cofradías como la de Nuestra Señora de Gracia. A las puertas de 1492 más de 500 judíos mallorquines reconocían sus prácticas judaicas y muchos de sus nombres y apellidos fueron recogidos en listas de sospechosos. Esto supuso una losa para los siglos posteriores, pues muchas familias eran identificadas automáticamente con sus raíces.

     En pleno siglo XVII aún se acusaba a estas familias de prácticas secretas, de seguir la dieta kosher, de poner nombres del Antiguo Testamento a sus hijos o de mantener ocultos objetos litúrgicos judíos; incluso de procurar no mezclarse con cristianos viejos ni casarse con miembros ajenos a su comunidad.

     Recientes estudios genéticos han constatado lazos con otras comunidades judías, incluso de origen asquenazí. Una enfermedad compartida por sefardíes puede tener una base genética entre estos judíos. Es la fiebre mediterránea, un mal que consiste en una subida súbita de temperatura, y que suelen padecer miembros de estas comunidades, pero que también es propio de algunos grupos humanos mediterráneos.


Enlaces de interés:

https://elpais.com/diario/2011/07/31/sociedad/1312063204_850215.html 

https://www.diariodemallorca.es/mallorca/2017/10/26/chuetas-legado-genetico-especial/1258581.html

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar