La zona de interés

04.06.2024

Fuente: Wikipedia

En 1943, Rudolf Höss, comandante del campo de concentración de Auschwitz, vive con su esposa Hedwig y sus cinco hijos en una casa idílica junto al campo de concentración de Auschwitz. Höss cuando no está en ejercicio de sus funciones, es un padre amoroso que lleva a los niños a pasear, nadar y pescar, y Hedwig dedica tiempo a cuidar el jardín. Los sirvientes se encargan de las tareas del hogar y las pertenencias de los prisioneros se entregan a la familia. Más allá del muro del jardín se oyen disparos, gritos y sonidos de trenes y hornos.

Höss aprueba el diseño de un nuevo crematorio suministrado por la empresa Topf und Söhne, que pronto estará operativo. Un día ve restos humanos en el río mientras estaba con sus hijos dentro del agua y envía una nota al personal del campamento reprendiéndolos por su descuido. Se da a entender que tiene relaciones sexuales con prisioneros en su oficina. Mientras tanto una adolescente polaca, que vive cerca de ellos, se escapa todas las noches y esconde comida en los lugares de trabajo de los prisioneros para que la encuentren y la coman.

Höss recibe la noticia de que será ascendido a subinspector de todos los campos de concentración y deberá trasladarse a Oranienburg, cerca de Berlín. Él se opone en vano y oculta la noticia a Hedwig durante varios días. Hedwig, profundamente apegada a su hogar, le ruega que convenza a sus superiores para que la dejen quedarse a ella y a los niños, ya que siempre había soñado con una casa como la que tienen. Se aprueba la solicitud y Höss se muda. La madre de Hedwig viene para quedarse, pero se horroriza al ver las llamas del crematorio y por los gritos que se escuchaban continuamente, así que procede a escribir una carta de despedida y marcharse al día siguiente. Hedwig encuentra la carta, pero no le interesa leerla y la quema.

Meses después de llegar a Berlín, en reconocimiento a su trabajo, a Höss se le encarga encabezar una operación que lleva su nombre y que transportará a 700 000 judíos húngaros a Auschwitz para ser asesinados. Esto le permite regresar a Auschwitz y reunirse con su familia. Asiste vacantemente a una fiesta para celebrar la operación y le confiesa a Hedwig por teléfono que pasó su tiempo allí pensando en la forma más eficiente de llenar con gas la habitación.

Cuando Höss sale de su oficina de Berlín bajando unas escaleras, se detiene, vomita repetidamente y mira fijamente la oscuridad. Finalmente, hay un salto en el tiempo, en la actualidad, un grupo de conserjes limpia el Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau como memoria de los 1,1 millones de personas que murieron allí, incluidos 960 000 judíos, durante la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto.

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